sábado, 17 de mayo de 2014

RECUPERANDO TRADICIONES (Llandellena, Oviedo)




 * Las fiestas asturianas conservan una gran tradición llamada la Puya l´Ramu. Consiste en una ofrenda de pan de escanda y bollos dulces al Santo/a patrón/a de la fiesta. Los panes se ponen sobre un soporte o estructura de madera (ramu) cubriéndolo en su totalidad y decorado con motivos vegetales y cintas de diversos colores. El “ramu” ocupa un lugar en el altar durante la misa, y posteriormente es llevado en procesión junto con el Santo.
Su confección corre a cargo de personas particulares, familias o cofradías en señal de  agradecimiento por algún bien recibido del Santo/a. Tras la misa, el “ramu” bendecido, es subastado entre los asistentes a la puerta de la iglesia y el dinero recaudado se destina a sufragar los gastos de la celebración. La puja alcanza precios muy superiores al valor real de lo subastado.

LLANDELLENA (OVIEDO).

TODOS CON LA CAPILLA. 

 

Somos un grupo de gente, la mayoría nietos y biznietos del pueblo, que todos los años de su vida acuden a la Fiesta de El Ángel de la Guarda. Preocupados por su deterioro el año pasado crearon un bote con pequeños donativos para algún año de estos poder ver este inmueble como un monumento.
Es triste que nos tenga que reunir una persona ajena al pueblo para movilizarnos, ya que tiene una propiedad allí. Tras varias reuniones en la que la gente exponía sus comentarios sobre la fiesta.
Sabrina tuvo una propuesta, la cual fue hacer una puya l’ramu* con la que sacar más dinero y dar un poco de vida a la fiesta, ya que en la misa solo se saca al santo, si la gente quiere. Y manos a la obra ilusione tanto a mi padre y a mi pareja que en dos días ya tenía la estructura para los panes.
Nadie creía que la puya fuera este año una realidad, y como no, ¿quién iba hacer los panes? pues yo, siendo actualmente alumna del ciclo de panadería-pastelería en el CIFP de Hostelería y Turismo de Gijón.
Hacer pan es difícil y más para el pueblo que te vio crecer, tuve mis pequeños problemillas y los panes blancos de escanda, los cuales no desfilaron por su presencia. Sin embargo los panes dulces me dieron una alegría y felicidad.
Tengo que seguir trabajando y espero que el próximo año con algo más de ayuda poder rellenar la estructura con sus nueve panes.
En esta fiesta antiguamente se subastaban dos cabezas de ganado normalmente vacas; la puya l’ramu* en la zona central de Asturias eran panes blancos con espelta y roscas dulces para los niños.

Vamos con la receta que hice para los panes dulces.

Ingredientes:
900gr de Harina de fuerza
100 gr de Harina de espelta
6 huevos
320gr de Azúcar
200 gr de mantequilla
6 gr de sal
180 gr de masa madre natural
15 gr de levadura prensada
1,8 dl de agua
2,6 dl de leche
Ralladura  de una naranja
1 cucharadita de aroma de azahar
Mezclamos como unos 600gr de la harina con la masa madre natural, la levadura desmenuzada, los huevos, el agua, la leche, el azúcar y la mantequilla en pomada.
Amasamos todo bien y añadimos el resto de la harina, la sal y los aromas.
Colocamos la masa en un recipiente tapada con un paño y dejamos fermentar, en mi caso fermento sobre unas 15 horas con una temperatura en casa de entre 16º a 18º grados.
Dividimos la masa y formamos los panes con ayuda de un rodillo sin presionar la masa con la mesa enharinada, estiramos la masa en forma de rectángulo y doblamos está a la mitad a continuación realizamos los cortes con un cuchillo. Hicimos herraduras de la suerte para que fueran diferentes ya que normalmente son roscas.
Pintamos con huevo batido y unas gotas de aroma de azahar para que queden más brillantes y dejamos fermentar hasta que doblen de volumen tapadas.
Horneamos con el horno precalentado sobre 190º - 200º grados según horno sobre unos 20 – 25 minutos.
Dejamos enfriar en una rejilla.
Y a disfrutar, sé que me queda mucho por aprender. 


Agradezco a mi profesor, Alberto Porres Roteta, por sus consejos; a la Panadería “La ascensión” también por sus comentarios, el apoyo de todos mis compañeros de clase y sobre todo a la gente de Llandellena que hizo posible desarrollar esta iniciativa.


Nunca olvidare este 27 de Abril, rodeada de toda mi gente y dedicado a todos aquellos que ya no están pero que un día me vieron crecer allí.
Sabrina Álvarez París.

Me parece una labor de recuperación con muy buenas intenciones independientemente de que su caracter religioso nos agrade más o menos. Agradezco este trabajo de mi alumna SABRINA y que la publicación en este blog sirva de aliento para futuras ediciones. Si puedo seguir ayudando, ahí estaré.